lunes, 26 de marzo de 2007

Rudolf Spielmann. Guía del Sacrificio en ajedrez

El arte de la defensa incluye el sacrificio. Si lo pensamos un poco se verá que la afirmación anterior no es inútil ni una muestra del masoquismo inconsciente del autor de este blog.

Hay una clase de sacrificios que son famosos en el ajedrez, y que se dan sólo en las aperturas; me refiero a los “gambitos” donde se cede un peón o incluso más, para alcanzar una posición de ataque más confortable. Pero la cuestión del “sacrificio” va más allá de la apertura y se refiere a una clase de disposición mental que el jugador de negras debe tener siempre a mano. El sacrificio es una operación riesgosa, y por lo tanto, siempre ha sido asociada al juego romántico, aquel típico del siglo XIX donde retroceder era una señal de cobardía moral al que pocos jugadores se arriesgaban.

Naturalmente me estoy refiriendo a los “sacrificios verdaderos” o sea a aquellos que no están implicados en una cadena de movimientos obligados y dónde la entrega inicial se ve recuperada más adelante. Es el sacrificio real, como decía Spielmann donde el beneficio de la operación existe, en la mente del jugador, pero donde no puede determinarse si realmente al final servirá o se volverá en contra del que arriesga. Es el salto en el vacío controlado, y que lleva a un brusco reordenamiento del juego en pos de una victoria que se escapa o evitando una derrota demasiado próxima.

El jugador de negras, en la medida que parte de una posición defensiva (obligada por empezar un turno más tarde), debe tener a mano, siempre, una buena práctica de sacrificios para desmontar las operaciones de ataque de su pálido antagonista. No quiere decir que las ejecute; puede la partida seguir por derroteros posicionales y con ello es bastante; pero el recurso está allí, o debe estarlo, para provocar el cambio que nos favorezca.

Recomiendo la lectura de las partidas de Rudolf Spielmann, y si es posible, conseguir el CD dedicado a él, ya que contiene una buena síntesis de sus opiniones al respecto y de partidas jugadas que iluminan su estrategia.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Aumentando el repertorio

Las negras necesitan tener buenas ideas para defenderse y contraatacar. La siciliana en cualquier de sus múltiples variantes ofrece excelentes posibilidades; no obstante hay otras líneas también atractivas. Ello depende mucho de la personalidad del jugador. Algunos se sienten cómodos jugando defensas muy conocidas, otros, en cambio, prefieren responder con jugadas inesperadas, fruto del análisis personal, de la experiencia de juego o de la lectura de algunos libros. En el último caso, es interesante el libro de Jouni Yrjölä y Jussi Tella, dos GM finlandeses que estudiaron como defenderse con posibilidades de contragolpe en “An Explosive Chess Opening repertoire for Black”, de editorial Gambit. Lo de “explosivo repertorio” es una exageración, según lo veo, pero probablemente sea una exigencia comercial esa de poner títulos demasiado ambiciosos. Estoy harto de ver títulos que ofrecen el oro y el moro, cuando en realidad son ensayos más o menos bien hechos. Sucede en todos los géneros de la industria editorial, pero en el ajedrez, parece un vicio difícil de extirpar. Así que dejando constancia de la exageración pienso que el texto resulta interesante para explorar la respuesta 1… d6 frente a varias aperturas que empiecen por 1.d4.

Si las blancas eligen la más combativa 1.e4 los autores sugieren la Defensa Pirc en algunas de sus variaciones. La defensa Pirc es delicada, en la medida que deja el centro en manos enemigas para luego atacarlo. Algo así como lo que hicieron los rusos con los alemanes en la segunda guerra mundial repitiendo la jugada que funcionó contra Napoleón (los ejercitos alemanes avanzaron hasta casi llegar a Moscú. Las líneas interiores se extendieron demasiado y el espacio se volvió un enemigo inesperado, junto con el tiempo). No es una estrategia equivocada, puede, de hecho, ser excelente; pero se requiere ser muy preciso para el momento del contraataque, sino las negras pueden encontrarse contra la pared defendiéndose sin espacio para moverse.

Una cuestión interesante, dentro de la Pirc resulta de la combinación: 1.e4 d6 2.d4 e5 3.dxe5 dxe5 4.Dxd8+ Rxd8. Los autores afirman que esta posición es favorable para el negro y que la situación centralizada del rey negro, junto con la pérdida de la posibilidad de enrocar no es mala como suele creerse. Para ello dan minuciosas razones que quizá en otra entrada, y otro día, me anime a desarrollar. En cualquier caso la lectura de este libro puede aportar un punto de vista diferente, junto con algunas armas “secretas” para utilizar contra un blanco prepotente.

martes, 6 de marzo de 2007

Una defensa muy practicada

Las negras tienen una posición privilegiada, aunque Ud. no se lo crea.

Las blancas no saben que apertura jugarán hasta que las negras elijan. En cierto sentido las negras son femeninas, y esto en ajedrez tiene más similitudes de lo que parece; pero como no quiero hacer antropología filosófica me concentraré en lo que intento explicar: las negras tienen el segundo turno de juego, y por lo tanto la capacidad de responder una u otra cosa, según el gusto y la experiencia del jugador. ¿Ha explotado alguna vez Ud. esta posibilidad?

Seguro que sí, pero por si acaso le diré que es importante conocer algunas buenas defensas y concentrarse en ellas. Ya sabe: el que mucho abarca, poco aprieta.

Según John Emms si el blanco juega 1.e4 tendrá un 50% de posibilidades de encontrarse con La Siciliana (1.e4 c5). Y quizá el jugador de negras debería conocérsela a fondo; ya que es una apertura digna de su nombre: bella y apasionada.

Poco a poco se familiarizará con nombres como El Dragón, La Najdorf, La Scheveningen, La Sveshnikov, la que tiene el sugerente nombre de Kalashnikov (uno se siente apuntando con la famosa metralleta a su oponente), y otras varias que componen un amplio cuadro de variantes y subvariantes.

La posición básicamente asimétrica que proporciona la citada defensa es ideal para disputar el campo desde el mismo principio; se crea una posición desequilibrada que proporciona para ambos jugadores, esto hay que reconocerlo, posibilidades de ataque a fondo. Hay variantes más tranquilas, pero en general todos los autores coinciden que es una respuesta negra preñada de peligros si el contrincante blanco, de mentalidad masculina, es algo ingenuo y confiado en su superioridad racial.

Hay muchos libros sobre el tema, pero éste que aparece en la imagen es muy recomendable porque contiene todo lo que necesita saber el jugador primerizo o aquel que juega habitualmente otras defensas y quiere iniciarse en los secretos de esta laberíntica defensa.

El inglés de la serie Starting out, es muy sencillo y no se necesitan grandes nociones de la lengua. Además proporciona una buena oportunidad para romper el miedo y empezar a trabajar con libros de esta lengua, que, en cuestiones de ajedrez, tiene mucho más material que la nuestra. Todo hay que decirlo.