Lo único que hay que tener en cuenta (a mi me ha pasado varias veces) es tener idea por donde vamos, ya que podemos pasarnos de estación, viajando en metro, con gran facilidad. Es asombroso como media hora de viaje puede comprimirse psicológicamente en unos escasos cinco minutos subjetivos.
Otras veces, cuando tengo la agenda sin batería, me cojo dos o tres fotocopias de problemas y me los llevo en el bolsillo. Siempre hay un momento para darle una ojeada, y también el tiempo pasa volando. En este sentido he comprobado que si se tiene una revista que leer, a veces puede resultar ventajoso sacar fotocopias de los arts. que más interesan y llevarlos con nosotros acompañándonos en las actividades diarias. Es asombroso la cantidad de pequeños momentos muertos que podemos aprovechar… si tenemos el material adecuado preparado para la ocasión.
Nota: foto de Carlos Salinas. "Ajedrecistas en la Rambla de Barcelona". (se puede ver mayor, si se pica en ella).
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