jueves, 18 de octubre de 2007

Kasparov. 2

El capítulo 3 del libro de Kasparov se refiere a la “estrategia”. Una palabra que siempre gusta, en la que todos estamos de acuerdo que se debe tener… pero que suele faltarnos más de lo que creemos. La partida, entre aficionados, suele ser una apertura más o menos conocida seguida de una serie de golpes y contragolpes sin una estrategia clara por ambas bandas. Uno de los problemas para seguir una estrategia radica en que los fines últimos de ésta, están bastante lejos y por lo tanto hay que atender a la “táctica” que es como decir al “día a día” del juego. Y en el proceso la estrategia inicial suele hacer aguas. Kasparov recomienda fijar objetivos intermedios”, que se constituyen en “los ingredientes necesarios para crear las condiciones favorables para mantener nuestra estrategia” (pág.42).

Más adelante establece: “Tener una meta y unos objetivos es el primer paso; mantenerlos y no perder el rumbo es el siguiente” (Pág.43). La segunda parte es la difícil, ahí está el cuello de botella de todo jugador: mantener los objetivos durante el caos normal que se produce en el medio juego. Muchas veces creemos que aplicamos una estrategia porque en distintos momentos perseguimos objetivos; más si éstos son cambiantes y en cierto modo caprichosos habría que recordar la lapidaria sentencia de Kasparov: “cambiar a menudo la estrategia es lo mismo que no tener estrategia” (pág.52).

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