Es importante saber en que difiere el “pensamiento” de los ordenadores de nuestra manera de pensar; así podemos darnos cuenta cabal de por qué son buenos y por qué pueden fallar.
El pensamiento humano incluye, de manera determinante, el uso de planes que pueden ser más o menos esquemáticos, por ello Robin Smith lo denomina “Schematic Thinking”. Estos planes se incluyen en las jugadas de tal manera que éstas cobran sentido en relación con ellos: “Si puedo colocar un Caballo en f5, ello creará una gran presión sobre g7, y quizá fuerce a ese débil peón a desplazarse a …g6; luego con mi Alfil de casillas oscuras podré infiltrarme en el ala de su rey, ya que mi antagonista carece del alfil del mismo color. “ Ahora el jugador empezará a calcular si existe una manera razonable de hacer llegar un Caballo a f5. En caso de no poder, entonces no tendrá más remedio que acudir a un plan B alternativo, guardando esta posibilidad en un cajón de su cerebro.
Pero un motor de ajedrez no piensa así, en ningún caso; siempre empieza, por el contrario, con una búsqueda, luego examina el resultado de ésta y considera si encontró algo que valga la pena (según su módulo de análisis). Como puede calcular una enormidad, millones de posiciones en un segundo, llegará a la posición donde el Caballo está en f5, entonces su módulo de análisis le dirá “Caballo ataca g7, por lo tanto, 0,10 puntos”. Al seguir calculando esa rama (lo que para nosotros formaría parte del plan A) descubrirá que “g6 es forzado porque g7 no puede ser defendido; las casillas oscuras constituyen una debilidad para el Rey negro, por lo tanto, un adicional de 0,10 puntos.
Y así va sumando puntos o restando. El motor no hace planes, es, como lo compara Smith, como un perro perdiguero persiguiendo el olor de una presa. Cuando lo pierde se detiene, hasta que localiza algo interesante… algo que le de puntos.
Así que la gran diferencia entre los dos pensamientos, el del ordenador y el humano, radica en que el segundo primero define objetivos (aunque éstos sean muy vagos) y luego calcula que hacer; en cambio el pensamiento de silicio calcula un ramillete de líneas y luego las evalúa, eligiendo la que más suma; es un oportunista nato.
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